200 años celebrando la Pascua del Señor

Homilia por Inicio del Año Santo Jubilar

Homilía

Para iniciar al Año Santo Jubilar

200 de la Inauguración 

De S.I. Catedral Metropolitana de

Santiago de Guatemala

Monseñor Marco Aurelio González Iriarte

 

“Bendito y alabado sea, el Santísimo Sacramento del Altar, y la Inmaculada Concepción de María Santísima, señora y madre nuestra, concebida sin pecado original, desde el primer instante de su ser natural.”

 

Excelentísimo señor Nuncio, digno representante de su Santidad el Papa Francisco 

Excelentísimo Señor Arzobispo, 

Excelencias reverendisimas, señores obispos 

Honorables miembros del venerable Cabildo Eclesiástico de la Catedral Metropolitana,

autoridades civiles, 

señores presbíteros y reverendos padres

dignos miembros del comité del Bicentenario de la Santa Iglesia Catedral

hermanitos menores, jóvenes seminaristas

hermanos guatemaltecos

 

Te saludamos querida y santa madre, Catedral Metropolitana de Santiago de Guatemala, Catedral sagrada, que a través de la historia eres sede y fundamente de nuestra fe católica y guatemalteca heredada de nuestros pastores y maestros, los muy ilustres Obispo y Arzobispos de Santiago de Guatemala.


 

¡Salve Catedral Metropolitana que te elevas majestuosa mirando al cielo, con tus alas, torres campanarios, que resguardan las campanas, convidando a las almas palomas blancas de los hijos fieles¡  a la oración, a la Eucaristía Sagrada! Bella, majestad armoniosa de tu esbelta, magna cúpula, salpicada color de nuestro cielo, azul celeste de nuestra patria amada.

 

Catedral Metropolitana, monumento solido granítico, símbolo sagrado de nuestra fe y nacionalidad. Testigo mudo, doscientos años de historia patria, corazón palpitante de un pueblo bien nacido. Porque, nosotros,  los guatemaltecos creemos en Dios, creemos en nuestra Guatemala. 

 

Hoy venimos peregrinos a la casa del Padre, porque queremos honrar, queremos alabar en este Año Santo Jubilar, que hoy iniciamos, a la Iglesia madre, madre de todas las parroquias y capillas de la arquidiócesis. A nuestra Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Santiago de Guatemala con la gracia de Dios, bajo el manto protector de nuestra madre la siempre Virgen María.

 

Brevemente, porque no hay tiempo vamos a considerar y vamos a cantar sus glorias al contemplar en sus andas procesionales, la sin par y bella imagen  de la Virgen de Concepción, reina y señora de la Catedral de Santiago de Guatemala. Pretendo exaltar las glorias: de la Bienaventurada siempre Virgen María, su concepción sin mancha, de pecado original y pecado actual, su maternidad divina, ella es Madre de Dios, y el tránsito de esta tierra al cielo.

 

 

Hoy hace 50 años del bien amado, XV arzobispo de Guatemala, Monseñor Mariano Rossell y Arellano, padre de mi sacerdocio. 

 

Desde toda la eternidad de eternidades, desde el principio sin principio, antes de crear todo lo que existe, nuestro buen Dios escogió, de entre todos los seres posible y futuribles a una mujer y la llamo al ser, María Santísima, la miro a los ojos, la llamo por su nombre, María. María, desde el primer instante de tu ser, me parece contemplarte…, inmóvil, imposibilitada ante tu Dios y Señor. Dios te ha escogido para ser Madre del verbo de Dios, desde el primer instante de tu ser, ser espiritual, totalmente identificada con el ser sin principio y sin fin. Tu Dios que te creo y te participa en plenitud su propia vida intima.

 

 

María, desde el primer instante de tu ser, ¡tú eres Santa! ¡Eres Santísima!, porque participas la santidad de Dios, participas de su divinidad, siendo como lo eres… criatura suya. Te vemos gran señora, con todo respeto como si estuvieras sumergida dentro la divinidad de Nuestro Dios, si, María Santísima, Dios está dentro de ti, misterio sublime; tú no sabes cómo es eso, no lo comprendes, no lo puedes comprender, te sientes llena de Dios, llena de gracia “Gratia Plena” rebosado de Dios desbordando en ti su naturaleza divina, totalmente identificada con Dios. Diré parafraseando a San Agustín; “tú no eres Dios, eres imagen de su sustancia” nuestro buen Dios tiene en ti todas sus complacencias, se identifica contigo plenamente. 

 

 

En previsión de tu maternidad divina, has sido escogida desde la eternidad de las eternidades, para ser Madre de Dios, madre del Verbo, palabra de Dios, que asumirá nuestra naturaleza humana en tu ser virginal. Él será y es nuestro Salvador personal, el señor de nuestra vida, madre permíteme llamarte: “llena de Gracia el Señor está contigo”.

 

 

 Todo un Dios, un Espíritu Santo, te posee plenamente, totalmente penetra a lo mas intimo de tu ser, te asume en plenitud, toma tu ser, Dios está en ti, Dios obra en ti dejándote totalmente divinizada.  Podemos decir con toda propiedad aunque nunca llegaremos a comprender,  como…. tú estás en Dios, “ancilla Domini”… sierva del Señor, esclavita de tu Señor. 

 

 

Hermanos guatemaltecos: el ser de la Santísima Virgen desde la eternidad de eternidades, vamos a dar un paso de siglos para considerar en el tiempo el instante glorioso en que Dios la llama, al existir de Joaquín y de Ana. Nace del tiempo la siempre Virgen y Madre de Dios. Tota Pulchra es María. Toda hermosa eres María y no hay mancha del pecado original en ti, la escogida por Dios, la llamo al ser y ahora al existir para ser Madre del Verbo Eterno. Desde el vientre será inmaculada; si del suyo nacer debo yo, cantó el poeta.

 

 

Instante sagrado, instante primero de tu existir Virgen y Madre de Dios, verdadera Madre de Dios, verdadera Madre de Jesús de Nazareth, nuestro salvador personal. Jesucristo Señor nuestro, siendo Dios verdadero como lo es; está, por así decirlo, coronado de gloria y de honor, en el cielo y la tierra, sus atributos divinos son tu grandeza, Gran Señora Dios mismo es tu gloria, Dios mismo es tu corona, reina del cielo y de la tierra.

 

 

Hermanos: quiero compartir con ustedes el día para mi sagrado, cuando por primera vez me encontré frente a las ruinas de lo que fue la casita de habitación de la Santísima Virgen María, en Nazareth, la de los naranjos en flor. Lugar donde el Hijo de Dios se hizo hombre, por amor. Asumió nuestra naturaleza humana, aquí se encarno el Hijo de Dios. Me parece escuchar las palabras del ángel: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti, la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, el fruto del Espíritu Santo que de ti nacerá se llamara Hijo de Dios…” momento solemne, momento sublime, Dios toco mi alma con su gracia;  no sabía yo que hacer, si llorar de la emoción… o gritar de alegría, caí de rodillas, llanto en mis ojos, gozo espiritual, paz y tranquilidad. “Et incarnatus est de Spiritu Santo ex María Virgine”.

 

 

Para salvar a todos los hombres, a la humanidad entera. Adoré al Hijo de Dios encarnado en las purísimas entrañas de María Virgen. Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios; para salvar a todos los hombres de la muerte eterna y del pecado instante sagrado.

 

 

La virgen sabe perfectamente que ella es Madre de Dios, la virgen sabe que ella es madre de Jesús de Nazareth, nosotros sabemos que: Jesús es nuestro salvador. Dios asumió nuestra naturaleza humana en Jesús de Nazareth, Jesús es mi Salvador personal, Jesús es nuestro salvador, y el Señor de nuestra vida.

 

 

La Santísima Virgen María, humilde esclava del Señor guarda absoluto silencio, silencio amoroso de la presencia de Dios. En su ser de Madre, el Verbo de Dios, persona divina, es hijo de María Virgen, claro que si, La Virgen es verdadera Madre de Dios, sin ninguna duda, La virgen es verdadera madre de Jesús. Para la gloria de Dios, el poder de Dios, el Espíritu Santo, directamente, sin necesidad de varón realiza el misterio sublime, en María y de María Virgen.

 

 

Claro está, hermanos, la Santísima Virgen María colabora biológicamente, no por fecundidad natural, sino con el poder de Dios. El espíritu Santo asume a la Virgen la naturaleza humana, el verbo de Dios se encarna, asume nuestra propia naturaleza, por eso la Virgen María es Santa, porque participa totalmente en plenitud, la divinidad de su hijo sagrado, separada del mundo, propiedad exclusiva de Dios, pertenece totalmente, por eso y mucho mas; cuando el ángel saluda a  María, lo hace con todo respeto y veneración: la llama “Llena de Gracia.” 

 

 

Totalmente llena, rebosante de gracia, plena de Dios, nosotros los guatemaltecos siempre hemos creído en la Inmaculada Concepción de María y en su divina maternidad. Testigo, nuestra propia historia: la primera imagen y escultura llegada a Guatemala en 1525 es la Virgen del Socorro, que veneramos en Catedral Metropolitana, delante de ella se celebró la primera misa en Guatemala. En suelo guatemalteco. La segunda imagen y escultura llegada a nuestra tierra, es la de la Inmaculada Concepción de María, venerada en el tempo parroquial de Ciudad Vieja, Sacatepéquez conocida popularmente como “la Chapetona”. 

 

 

 

Nuestros pueblos y ciudades y hasta pequeñas aldeas, fueron naciendo a la civilización cristiana bajo el patrocinio de la Inmaculada Concepción, algunos ejemplos: Concepción Huehuetenango, Concepción Escuintla, Concepción Villanueva, Concepción Tutuapa, Concepción aldea el Durazno.

 

 

Al nacer nuestros pueblos en todo el país, antiguos o modernos, en todos ellos encontrábamos un altar dedicado a la Inmaculada Concepción de María;  en la evangelización de nuestro pueblo la benemérita orden de los frailes menores, fundada por San Francisco de Asís tiene una devoción especialicísima a la Inmaculada Concepción de María, estableciendo en cada aldea y en cada pueblo, la tercera orden franciscana, tanto terciarios como campesinos, hacían una promesa, defender la Inmaculada Concepción de María, para lo cual llevaban siempre un pantalón azul celeste los varones en honor y para defender de los ataques de los enemigos, La Inmaculada Concepción de María, de ello soy testigo.

 

 

Excuso decirles que a principios del siglo en los años treinta del siglo XX los campesinos todos usaban pantalón azul celeste, pero no sabían porque… lo habían olvidado…. quedo solamente la costumbre ya que en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado se fue perdiendo esta bella costumbre y promesa. 

 

 

Esto acontecía en nuestra Guatemala de los siglos, XVIII, XIX, y XX, trescientos años antes de que su santidad el Papa Pio IX  declarara el Dogma de la Inmaculada Concepción el día 08 de Diciembre de 1854. Así lo creemos los guatemaltecos, así lo cree nuestra Iglesia Arquidiocesana, y esta creencia se traduce en nuestro pueblo, en culto amoroso de hiperdulía a nuestra Buena y Santa Madre, la Inmaculada siempre Virgen María. 

 

 

No quiero cansar mas su atención: para terminar debo recordarles el día de hoy, noveno día de Diciembre se cumplen cincuenta años de la muerte de mi bien amado, XV Arzobispo Metropolitano de Guatemala, Monseñor Mariano Rossell y Arellano, padre de mi sacerdocio; monseñor Juan Factor Muñoz Noriega, y este servidor de ustedes fuimos los últimos dos sacerdotes en recibir de sus manos y con del beso de Cristo en nuestra mejilla, el Sacramento del Orden Sacerdotal. ¿Cómo olvidar tan grande amor y bendición? Gracias, muchas gracias, Monseñor Rossell y Arellano, Dios lo tenga en su gloria. ¿Cómo olvidar, la valentía y celo pastoral de Monseñor Rosell, el gran Arzobispo que salvo a nuestra Guatemala de caer en el comunismo ateo? 

 

 

Nacional e Internacionalmente, fue conocida, bien comentada y aceptada su valiente carta pastoral contra el comunismo ateo, “Sobre los avances del comunismo en Guatemala”. Me place recordar esa hermosa, clara, bien escrita con fortaleza de Espíritu de Carta Pastoral que admiró a los pueblos libres de América y del mundo; en ese entonces siendo yo seminarista me toco el alto honor de leerla y emocionado, casi declamarla, desde este púlpito de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana en todas las misas de un domingo de mayo de 1954 para darla a conocer. 

 

 

La historia de la Iglesia de Guatemala reconoce a Monseñor Rossell y Arellano, como: Arzobispo de los Congresos Eucarísticos, el Arzobispo del Congreso Mariano, el Arzobispo de la Catequesis.

 

Se preocupo para que, en todas las parroquias y capillas en todas las catequesis se enseñara “ El catecismo Único” el cual imprimió y reimprimió, constaba este catecismo de tres folletos, para los primeros años; “las verdades fundamentales, Que debemos de Creer” para los niños mas grandes: “los mandamientos que debemos de cumplir” para los mayores: “ los Sacramentos que debemos recibir”.

 

 

 Un día como hoy; noveno día de diciembre, hace exactamente 50 años; la campana mayor, popularmente llamada “la chepona”, solloza… sollozan los bronces de Catedral pregonando a Guatemala y el mundo, entre fúnebres y grandes gemidos 100 toques litúrgicos, con los que anuncian ritualmente la muerte de un Arzobispo, que Monseñor Mariano Rossell y Arellano, querido arzobispo de Guatemala dejo de existir.

 

 

Descanse en Paz

 

 

Amén.